El semáforo



Mucha gente marcha por la carretera de la nada, pero al final de la carretera de la nada está el origen de todo ¿serán todo y nada la misma cosa? Pero si es así, lo único que sabemos de ella es que está más allá de nosotros. Nadie sabe cuánto más allá. Hay un punto del que nadie pasa, pero la carretera continúa. La gente desaparece en la niebla, sin embargo en cierto momento la niebla levantará y el sol iluminará un mundo muy diferente del que conocemos: esa fusión de todo y nada que hace girar al revés nuestros cerebros. Tal vez para comprender hace falta primero no comprender nada y así estar abierto a lo absolutamente distinto. 

Lo absolutamente distinto aparece cuando lo conocido llega a su fin. 

Vuelvo la cabeza. Estoy en un semáforo rodeado de fantasmas que marchan inconscientes hacia su propia disolución.