Perdiz augusta (Perdrix Augusta) 16/5/2003


Esta curiosa ave intenta destronar al Águila en la jerarquía pajaril mediante la sorpresa y el disfraz, aprovechando sus cambios de plumaje, que le permiten adoptar el majestuoso aspecto del Faisán y al tiempo gritar como la Corneja. Los resultados de esta estrategia, nada inusual en el planeta literario pero llevada a la perfección por Perdrix Augusta, que se cree descendiente del Espíritu Santo, erróneamente representado a su parecer, por una paloma, suelen ser brillantes, pues el desconcierto provocado por tan inimaginable osadía oscurece la mente de los demás animales, a los que les resulta más sencillo admitir las pretensiones de la perdiz que intentar comprender las causas de que un Faisán chille como una Corneja. No obstante, con el paso de los años pierde sus facultades travestísticas y su plumaje adquiere un color gris plomizo, en tanto que sus chillidos se revisten de un tono apagado, que recuerda a los exabruptos de los humanos. Cuando esto ocurre, los encargados del zoo suelen sacarla de la zona de los faisanes y meterla en una jaula individual, que colocan en un museo para facilitar su estudio por los ornitólogos. El caos mental producido por su exagerada valoración de sí misma hace que confunda libertad con cautividad, por lo que ella misma se introduce en los parques de animales, siendo por este motivo una de las especies mejor conocidas.