Paloma arpía (Columbus Predatoris) 22/9/2003


Esta blanca paloma es la única de su especie que actúa como cimbel de sí misma, emprendiendo cortos vuelos para que las otras palomas se fijen en ella y emprendan su conquista, cayendo de esta forma en sus redes. En la época del celo se encuentra siempre donde el zureo es más potente, eligiendo al macho que más le pueda convenir, al cual permite que se le suba a la espalda y se desahogue sexualmente. Una vez conseguidos sus favores, la Paloma Arpía, con una mezcla de osadía y servilismo, suplanta al palomo en sus actividades cotidianas, dejándole libertad únicamente para pavonearse, con el argumento de que la majestad de su porte y la belleza de su voz no le permiten ocuparse de tales minucias. Esta ávida conducta, dirigida a apropiarse de la mayor parcela posible de la gloria de su pareja, la lleva a establecer extrañas relaciones con algunos ejemplares de Perdrix Augusta, de los cuales queda como único vínculo con el mundo cuando éstos, en sus últimos años, son colocados en los museos.