Cigüeña emérita (Cicogna Emerita) 18/7/2003


Esta cigüeña, de talla superior a la ordinaria, es blanca con una cruz negra en el pecho, la cual con la edad se convierte en una mancha desvaída que se extiende por todo el cuerpo del animal hasta darle el aspecto de un gigantesco cuervo apolillado, momento generalmente aprovechado por los taxidermistas para confeccionar el conocido trofeo que se suele colocar a la entrada de aulas y museos, lugares muy apropiados pues Cicogna Emérita tiene una fuerte vocación docente y dedica la mayor parte de su vida a enseñar a piar a los jóvenes pájaros conforme a las reglas heredadas de sus antepasados. De humor avinagrado a causa de su incapacidad para el canto, no tolera desviación alguna de las normas establecidas por lo que, convertida en baluarte de la sociedad pajaril conservadora, llega a ocupar los más altos puestos de las instituciones canoras, lo que suele originar fricciones con otros animales más salvajes, como el Lobo Aullador, que se saldan con un equitativo reparto de galardones en la medida que determinen las transacciones necesarias para el cumplimiento del principio “cambiarlo todo para que todo siga igual”. De próximo parentesco con la Grulla Mandarín, aunque con un hábitat muy diferente, no es extraño observar la complementariedad de los papeles que ambas aves parecen desempeñar en el ecosistema literario.